Por Abel Miranda
Diferenciar su casa de las de los demás y con ello embellecer al tradicional barrio de San Mateo de Chilpancingo, fue lo que motivó a la pintora, Giselda Anzaldúa Catalán, para estampar una obra en su pared en la que evoca las flores de Olinalá que se usan tradicionalmente en las populares lacas de esa población.

La pintora quien normalmente plasma sus obras en lienzos de tea y con pintura al óleo, indicó que las casas del barrio de San Mateo se integraron a un programa en el que van a ser pintadas todas del mismo color, por ello le surgió la idea de diferenciar la suya con un toque artístico.

El programa gubernamental determinó que en la calle donde se ubica la casa de la pintura el color es rosa y blanco para todas las fachadas, sin embargo la mujer decidió embellecer la suya y sobre el rosa a pesar de ser un tono fuerte colocó flores, hojas y otras figuras.

“Pensé que si ponía un distintivo en mi casa, aparte de alegrar un poquito el barrio, me haría sentir bien porque yo soy de San Mateo de corazón”.

El tener este distintivo se tendrá que convertir en un punto de referencia, para quien busque una calle o de información, podrá decir donde están las flores hacia arriba u otros detalles.
Explicó que su familia es de las fundadoras de Chilpancingo, de las primeras que ocuparon los terrenos en el hoy barrio de San mateo, “Los Catalán somos fundadores junto con cinco familias más de lo que es Chilpancingo”.

Indicó que eso le genera siempre sentirse orgullosa de sus raíces y cuidar su espacio dentro de esta sociedad, “esta casa pues la hizo mi papá, le tengo mucha estima y me gusta sentirme orgullosa de lo que mi padre me heredó”

Agregó que además de embellecer el espacio, esta pintura tiene una carga importante de la cultura guerrerense “estas florecitas son así un poquito como como flores de Olinalá con mucho color que nos caracteriza a veces en las blusas, en las faldas de nuestros pueblos indígenas”.

Señaló que esta es la primera vez que pinta sobre una pared porque siempre lo ha hecho en lienzos con óleo, pero el resultado ha sido bueno, interesante y ojalá que muchas personas hagan cosas que embellezcan las calles de San Mateo.

La mujer lamentó que aún no ha terminado de pintar porque lo hace en sus ratos libres y cunado el clima se lo permite, pero ya alguien pasó a ensuciarlo.

Le dejaron una mancha como de aceite que no se pudo lavar con agua y jabón pues estaba sumamente pegada y tras lavarla y limpiarla sin un buen resultado decidió repintar sobre la mancha.

“Yo le pido a la población a los jóvenes que gustan del grafitti que respeten las casas, y que no dañen algo que también es de ellos, un barrio bonito limpio y lleno de cultura y tradición”.

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