El frío ambiente, se vuelve cálido, lo obscuro se alumbra con series de luces que advierten llegó el tiempo de iluminar el alma y los corazones…
La época evoca recuerdos de antaño con olor a ponche, a colación a ¡Familia!..

Una familia que para muchos de nosotros ¡Desapareció! Y dejó o vacíos.

Temporada de momentos que se vuelven mágicos, de deseo de fraternidad.

Que ojalá fueran permanente en todas las épocas del año.

Con sonrisa franca y real, abrazo sincero y calor, que hermane a las familias más allá de una temporada.

Sí, es tiempo de hermanarnos todos, sin excepción, sin odios, sin la manipulación de quien divide y escupe su amargura.

Su frustración no sólo contra mi amado gremio periodístico, contra ¡Todos! Que piensan diferente.

Nosotros erradiquemos la soberbia y el ego, para unirnos en un sólo fin…

Ese que nos lleve a mostrarnos fortalecidos.

Es momento de entender que amigos son aquellos que aún en el desempleo, en los peores momentos, están para tenderte la mano o al menos para sentir ese abrazo fraterno.

Es momento de anhelo, de calidez con luz multicolores que ilumine de felicidad los rostros, los hogares y el camino de cada uno de nosotros.

De todos, mis amigos de loqueras, de vida diaria, de convivencia que nada tiene que ver con esa linda adicción llamada ¡Periodismo!

Es la temporada que aviva e ilumina el alma, los corazones, el ser y ¡Qué bueno!

Porque al menos cada año lo genera en aquellos que son obscuridad, que son traición, que son vileza e ¡Hipocresía!

Es bello observar las caritas de esos pequeños que se emocionan con tanta luz, Ojalá y siempre fuera así ¡Luz! para sus rostros y su camino.

Para mí es tiempo que evoca recuerdos de infancia.

Me alegra ver a quienes gustan de las esfera, los pinos y los adornos con vivos, verdes, rojos, blancos, dorados y plateados.

Es reflejo de colorido en sus rostros que en otros tiempos también lo sentí. Me gusta caminar, sentarme y recordar, sin embargo, da tristeza ver a quienes no tienen esa posibilidad de escoger cómo adornarán.
¡Benditos recuerdos! Retrocedo el tiempo y me ubica.

Me hace reflexionar y valorar que tal vez sientan lo mismo que yo en esos momentos que fui feliz aún en la escasez.

Momentos que me dejaron ese dulce sabor de boca cuando el olor de la colación inundaba mi humilde casa.

Buscaba siempre aquel dulce que tenía cascarita de naranja.

Tan fresco ese momento que lo anhelo, que deseo cuando en casa no había para árbol de Navidad y yo lo simulaba en la pared con dos metros de plateado material (no sé ni porqué de ese color y no verde) que dejaba ver los ladrillos de mi sencillo cuarto, remedo de recámara, con otros colgajos, que evidenciaban mi juventud -aún mi adolescencia-.
Así resolvía mi anhelo de tener uno de esos que había en otra casas, incluso en la de mis tíos que podían hacer el gasto navideño con muchos regalos.

Después tendríamos uno sencillo. ¡Ahora reparo! También color plata -eran los baratos- junto con las esferitas que costaban poco.

Avivaba los corazones de mis hermanos y el mío ¡Nuestro primer árbol!
Hoy puedo tenerlo y adornarlo como lo quiera, y hoy ¡No lo deseo!
Hoy sólo quisiera volver a sentir esas ganas de simularlo en la pared con ese material plateado que con trabajos lo detenía en el ladrillo con diurex.

Hoy quisiera visitar a mi abuela para ver su bello nacimiento, con figuras rotas y maltrechas de yeso, aunque adornado con gran paciencia e imaginación para que lo vieran sus nietos.
También eso aún me hace querer replicarlo para mis nietos y mis ganas no me lo permitieron.

Hubo tiempos en los que había un nacimiento con un gran árbol que después nadie quería guardar, aunque todos quería poner y opinar cómo.

Lo podíamos adornar y cambiar cada año, con detalles diferentes, según la moda convencional.

Y ¿Ahora? No me nace, ¡no me interesa!
Quiero ese simulado árbol en la pared de ladrillo con pequeñas esferas de 20 centavos y de un peso los dos metros de…Ni recuerdo cómo se llama el material, que hoy sería retro o modernista, y ayer era imaginación ante la pobreza.

Quiero ¡Familia completa en la mesa!

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