Artículos de opinión
De Frente El ciudadano abandonado, el estado abdicante y El Chapulín Colorado
1 min atrás Redacción Síntesis
Por: Miguel Ángel Mata Mata

1.

El Ciudadano José Antonio viajaba cerca de Las Vigas, San Marcos. Un grupo de bajitos con gorras y playeras verdes, con la leyenda UPOEG, le apuntaron con un rifle calibre veintidós, de esos que se usan en la caza.

— “Usted debe respetar a la autoridad…”, le dijeron para amenazarlo con enviarlo a un centro de reeducación en donde “usted aprenderá a portarse bien y a detenerse cuando un retén del pueblo le ordene hacerlo”.

Él paró su auto cuando le alcanzaron. Explicó que no se detuvo en el retén porque vio, detrás de los bajitos, a otros no tan chaparritos, con las mismas playeras y gorras verdes con la leyenda UPOEG, pero grandotes y portando rifles de asalto AR-15.

— “Me intimidaron los rifles y tatuajes de los grandotes detrás de los chaparritos”, explicó luego que le perdonaron su reeducación.

El ciudadano José Antonio no tuvo defensa frente a un grupo armado.

2.

El ciudadano Armando bajó a comprar unos tacos ahí, por la avenida Ejido, del puerto de Acapulco. Le gustan los famosísimos tacos al pastor de El Mudo, cocinados al carbón.

Por donde vive han asaltado, asesinado y secuestrado a muchos de sus vecinos. Por eso se llevó una pistolita calibre veintidós. “Por aquello de no te entumas”, pensó.

Cerca de la terminal de camiones vio que se instaló un retén de marinos, soldados, guardias nacionales, policías estatales, municipales y agentes de la Fiscalía General de Guerrero. Delante de él, en un viejo vocho, iban cuatro tipos que, evidentemente, portaban armas largas. “Ya los atoraron”, pensó.

Los tipos del vocho hicieron una V de la victoria y luego cambiaron el saludo por un dedo pulgar hacia arriba. El retén se abrió y nadie los revisó.

— “Ah, chinga”, dijo, y quiso hacer los mismos saludos.

Lo detuvieron. Lo bajaron de la nisansita. Le hallaron la pistolita veintidós y lo remitieron a la Fiscalía General de Guerrero por portar una peligrosísima arma de fuego sin contar con permiso para ello.

Su abogado aun intenta, luego de tres semanas, pagar una fianza para que el ciudadano Armando, el ingenuo, pueda llegar a donde El Mudo vende los mejores tacos al pastor del mundo.

3.

Los periodistas neoliberales, y los que no lo son, compartieron el video donde un convoy de militares huye a bordo de las verdes Hummis intimidantes. Tras de ellos, en otro convoy, un montón de civiles, armados hasta los dientes, los persiguen al grito de “¡Órale, Guachitos! ¿No que muy cabrones”?

La imagen tiene remitente en una de las regiones de Michoacán. El contexto obliga a recordar a los militares intimidados por gente del hijo del Chapo Guzmán, en Sinaloa, para impedir la detención del hijo del famoso agricultor y ganadero.

También en la Costa Chica de Guerrero, en la Tierra Caliente y otros lugares, los militares han sido desarmados y humillados por grupos armados que, se dicen, forman parte de grupos criminales o se han erigido en policías comunitarios “del pueblo”, para defender al pueblo…del pueblo.

Los ciudadanos militares recibieron, como consuelo, por parte del comandante en jefe de las fuerzas armados de México, la claudicante frase:

— “También cuidamos a los miembros de las bandas de criminales. También son humanos”.

4.

La ciudadana Abigail salió como a las cuatro de la tarde de su trabajo. Llegó a Las Anclas, atrás de la Gran Plaza, para subirse al Acabús y llegar a su casa, en la colonia Emiliano Zapata.

En al menos doce cruceros importantes, desde el zócalo de la ciudad, La Condesa, Punta Diamante, La Avenida Cuauhtémoc, La Cima e, incluso el Maxítúnel, algún ingenioso ocurrente mostró músculo y decidió decir: “Aquí, nosotros mandamos”.

Cinco horas de caos en Acapulco y un gobierno avestruz que escondió la cabeza sin retirar ni uno solo de los vehículos atravesados en las avenidas.

La ciudadana Abigail al fin conoció, caminando, el Maxitúnel. Desde Las Anclas hasta la Zapata. Llegó exhausta con la amenaza de que al siguiente día los que gobiernan de facto en Acapulco repetirían la dosis.

5.

El trece de mayo, por la mañana, la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, anunció que se intensificarían los operativos de seguridad pública en Acapulco, con la participación de efectivos militares.

Al mediodía, dieron inicio los bloqueos en Acapulco. Cerca de las cuatro de la tarde, y ante la falta de algún comunicado oficial, los ciudadanos conocieron un anónimo en redes: “Los bloqueos los ordenaron sicarios al servicio de un señor al que apodan El Ruso, detenido en Costa Chica junto a sus mandos. Quitarán los bloqueos hasta que lo liberen”. Los bloqueos fueron retirados mas o menos a esa hora.

Cerca de las doce de la noche, un grupo de autoridades que se llaman Mesa para la Coordinación de la Seguridad Pública en Acapulco, informó que quienes bloquearon tienen relación personas que agredieron a militares en el municipio de San Marcos, cuando éstos acudieron a una casa donde se detectaron a personas fuertemente armadas.

Al final del día, nadie sabe, nadie supo, si hubo detenidos en San Marcos, en aquella casa donde agredieron a militares, o en Acapulco, donde los ciudadanos fueron secuestrados, o si, como pensó mal y el anónimo feisbuquero fue liberado El Ruso porque él manda aquí ¿Acertó?

6.

Éste domingo, por la mañana, un anónimo atribuido a la Unión de Pueblos Organizados del Estado de Guerrero (UPOEG), reiteran su exigencia de que el ejército mexicano se retire de las regiones donde ellos, dicen, ofrecen seguridad a los ciudadanos o… ¿Volverán los bloqueos?

Nosotros, los ciudadanos, somos encarcelados cuando vamos por unos tacos por el peligrosísimo delito de portar una pistolita, para defendernos de quienes instalan retenes y te encañonan “por no respetarlos”; bloquean avenidas y calles exigiendo que los militares se vayan para que ellos, según presumen, nos cuiden y enseñen a portarnos bien.

7.

Lo sucedido el pasado 13 de mayo en Acapulco es el botón de lo que viene ante la ausencia de un Estado que ha optado por cuidar a los criminales a la par de los ciudadanos.

Los ciudadanos estamos despojados de nuestra seguridad personal, jurídica y patrimonial pues el Estado ha abdicado a su facultad de mantener el monopolio de la violencia para cuidar a los ciudadanos.

— Y Ahora ¿Quién podrá defendernos?

QUE CONSTE

a.

El senador Manuel Añorve Baños mostró músculo la mañana de éste domingo. Cientos de líderes seccionales del PRI, dirigentes obreros y personajes representativos de la sociedad se dieron cita para, al ritmo del chile frito, darle un abrazo por su cumpleaños y…

— ¡Que viva y que viva el gusto! ¡Y que viva Ometepec!

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