¿En qué concepto tiene usted el uso de la memoria en la enseñanza hoy día? Me temo que es uno de los más grandes fracasos el excluir a la memoria de nuestros sistemas educativos, algo de esto intuía cuando, por todos lados escucho, que la memoria no es importante, por lo decir lo menos, porque he escuchado cosas peores que se convierten en verdadero desprecio y se horrorizan de sólo oír que cierto maestro hace memorizar a sus alumnos.

George Steiner opina, que “la eliminación de la memoria en la escolarización actual es una desastrosa estupidez. La conciencia está tirando por la borda su lastre vital”, lo dice de manera enfática en su libro, La lección de los maestros (SIRUELA, 2020). Concuerdo perfectamente con esta idea, aunque hoy es muy difícil que alguien esté de acuerdo con ella.
Las razones de peso por lo que la memoria es muy importante son varias entre otras, en el concepto de Steiner: “Lo que sabemos de memoria madurará y se desarrollará con nosotros” (Steiner, p.38). Es algo interno que ya poseemos pero que no permanece estancado sino florece, abunda, se multiplica y es fuente de crecimiento humano y por supuesto espiritual. Es sorprendente como las personas consideran el celular como una extensión de su cerebro al cual le confían casi prácticamente todo, no sólo números sino la agenda, algún pensamiento, esto incluye grabaciones de voz, conferencias, y un largo etcétera, pasado por recordatorios incluso para lo básico como sería tomarse una pastilla o cumpleaños de la esposa o los hijos.
Hoy hay demasiada confianza en lo escrito y la escritura induce a un descuido, una atrofia de las artes de la memoria. Pero la memoria es la “Madre de las Musas” (Steiner, p.38) fuente de inspiración y creatividad humanas, el don humano que hace posible todo aprendizaje:
“Cuanto más fuertes sean los músculos de la memoria, mejor protegidos está nuestro ser integral. Ni el censor ni la policía pueden arrancarnos el poema recordado (testimonio, la supervivencia, de boca en boca”. (Steiner, p.38)
Con cuanta facilidad olvidamos las cosas porque nos hemos vuelto más visuales y menos auditivos, las conversaciones son escasas y el olvido es inmediato porque no nos involucramos con la persona que hablamos y prácticamente no la vemos a los ojos porque estamos respondiendo mensajes o haciendo llamadas con la persona enfrente que intenta transmitirnos un mensaje o simplemente compartiendo su persona y tiempo con nosotros y la ignoramos plenamente al no ponerle atención. Y esto va cada día más en aumento.
Me sorprende que muchas personas les extraña que se citen cosas de memoria porque considero que eso es normal o debería ser normal y en necesario hacerlo y obligarse a hacerlo. Tal vez ahí esté en gran parte la eficacia de la memoria: obligarse a hacerlo, pue no siempre podemos tener acceso a un libro o un celular. Al respecto es interesante esta anécdota que cuenta Steiner:
“Se sabe que, en los campos de exterminio, algunos rabinos y estudiosos talmúdicos eran “libros vivientes”, cuyas páginas, que contenían la totalidad de sus recuerdos, podían ´pasar´ a otros prisioneros en busca de juicio o consuelo. La gran literatura épica, los mitos fundamentales, comienzan a declinar con el ´progreso´ del paso a la escritura”. (Steiner, p.38)
Así pues contar mitos y acontecimientos épicos son fundamentalmente orales y de esa manera sobrevivieron en el tiempo siendo transmitidos de boca en boca y esto agilizaba la cultura y raíz de nuestros pueblos, pues se cuentan de viva voz, esto quiere decir que se ve el rostro de la persona, su gestos, el énfasis de la voz, la vehemencia de las palabras con sus diferentes tonos que marca muchos más que sólo leer letras en hojas muertas, esto mismo pasa con los rostros en las pantallas al ver sólo un rostro plano que transmite en vivo nunca será un semblante vivo que son indispensables en todo encuentro fructífero entre Maestro y discípulo.
TAQUÍFRAFÍA ORAL
Sócrates y Jesucristo no escribieron absolutamente nada y los dos tuvieron discípulos de manera diferente. La pregunta es ¿cómo les enseñaba, cómo trasmitía los conocimientos? Y la respuesta es: por medio de parábolas en el caso de Jesucristo y los mitos en el caso de Sócrates.
“El meollo de las enseñanzas de Jesús está contenido en parábolas: una taquigrafía oral encaminada a la memorización” (Steiner, p.41). Este sería el método de enseñanza oral más eficaz porque en una forma abierta en el sentido de que da lugar a inagotables multiplicidades y potencialidades de interpretación. Mantienen el espíritu humano en precario equilibrio.
Las parábolas tienen múltiples significados muy al alcance de cualquiera y es válido en todos los tiempos. Las parábolas no tienen una conclusión concreta sino abierta a múltiples circunstancias adaptables a la vida personal, es como ir a un manantial y nunca agotar el agua que sigue manando de manera abundante por más agua que tomes regresarás y encontrarás agua. Las enseñanzas de Jesús como metáforas que se despliegan generosamente para iluminar nuestro ser humano.
La parábolas son más para contarse, para expresarse oralmente y constantemente y todo momento encontraremos una enseñanza valiosa y no importa cuántas veces las escuchemos, siempre nos dirán cosas nuevas. Aunque se pueden encontrar críticos que difieren de la oralidad: “Un buen maestro, pero no publicó”: éste es el final de un macabro chiste de Harvard sobre Jesús de Nazaret y su falta de condiciones para ser profesor titular.
No cabe la menor duda que hay que ir por el rescate de la memoria por nuestro propio bien y no sólo por las consabidas cuestiones cognitivas sino para permitir dentro de nosotros que las ideas memorizadas crezcan y se desarrollen dentro de nosotros mismos para lograr un crecimiento humano interior, madurar las ideas aprendidas y traerla en nuestro corazón, en la mente y así impregne todo nuestro ser, tal vez así nos sintamos mejor con nosotros mismos, con los demás por decir lo menos.

FacebookTwitterWhatsAppPinterestEmailCompartir